- Con un despliegue de música, danza, gastronomía y arte, se inauguró la octava edición de la Feria de la Diversidad Indígena y el Maíz en San Felipe Cuauhtenco. El evento celebró la identidad indígena y la importancia del maíz como eje cultural y económico de la región.
Jonathan Olvera//La Noticia de Tlaxcala
Contla, Tlax., 15 de febrero de 2025.— Entre el aroma de tortillas recién hechas y el sonido de tambores que marcaban el ritmo de las danzas tradicionales, la comunidad de San Felipe Cuauhtenco celebró este 15 de febrero la octava edición de la Feria de la Diversidad Indígena y el Maíz. El evento, que ha cobrado relevancia a lo largo de los años, se convirtió en un espacio de expresión cultural donde expositores y artistas dieron vida a las raíces de la región a través de la música, el baile y la gastronomía.
El maíz, considerado el corazón de las culturas indígenas mesoamericanas, fue el protagonista indiscutible de la feria. Desde la exhibición de semillas nativas hasta la preparación de antojitos tradicionales, los asistentes pudieron sumergirse en la riqueza de un cultivo que va más allá de la alimentación: es historia, identidad y resistencia.
Uno de los momentos más emblemáticos del evento fue la presentación de danzas rituales, en las que grupos locales evocaron la conexión espiritual entre la tierra y sus habitantes. Vestidos con atuendos coloridos y portando penachos y sonajas, los bailarines ofrecieron un espectáculo vibrante que capturó la esencia de los pueblos originarios.
Artesanos de la región también tuvieron un papel destacado, exhibiendo piezas de telar, cerámica y madera que reflejan siglos de conocimiento transmitido de generación en generación. “Esta feria es un recordatorio de quiénes somos y de la importancia de mantener vivas nuestras costumbres”, comentó Juana Xochimitl, una de las expositoras.
Más allá de la celebración, la feria se consolidó como un acto de reivindicación. En tiempos en los que la modernidad amenaza con diluir las tradiciones, este encuentro reafirma la importancia de preservar el legado indígena y valorar el maíz no solo como alimento, sino como símbolo de una identidad que sigue latiendo con fuerza en el corazón de Tlaxcala.
