- Fieles se congregan en la Basílica de Ocotlán para celebrar el aniversario de la aparición de la Virgen a Juan Diego Bernardino en 1541, evento que fortaleció la fe y tradición en Tlaxcala.
Guillermo Veloz//La Noticia de Tlaxcala
Ocotlán, Tlax., 16 de febrero de 2025. Este domingo, la Basílica de Ocotlán fue el epicentro de una emotiva celebración al conmemorarse 484 años de la aparición de la Virgen de Ocotlán a Juan Diego Bernardino. Según la tradición, el 12 de febrero de 1541, en medio de una epidemia de viruela que azotaba Tlaxcala, la Virgen María se manifestó al indígena Juan Diego Bernardino mientras buscaba agua para los enfermos en el río Zahuapan. La aparición no solo ofreció consuelo espiritual, sino que también se asocia con la provisión de un manantial cuyas aguas habrían tenido propiedades curativas. Este evento es considerado un pilar en la identidad religiosa y cultural de la región.
Para conmemorar este significativo acontecimiento, se llevó a cabo una misa solemne presidida por el padre Elpidio Pérez Portilla. Durante la homilía, el sacerdote destacó la importancia de mantener viva la fe y las tradiciones que han sido transmitidas a lo largo de generaciones. La ceremonia contó con la asistencia de numerosos devotos, quienes participaron con fervor en los cantos y oraciones, renovando así su compromiso espiritual.
La Basílica de Ocotlán, reconocida por su arquitectura barroca y considerada una joya del estilo churrigueresco mexicano, se erige como un símbolo de la devoción mariana en Tlaxcala. Además de la misa conmemorativa, las festividades incluyeron procesiones, danzas tradicionales y actividades culturales que resaltaron la riqueza histórica y espiritual de la comunidad. Estas celebraciones no solo fortalecen la fe de los participantes, sino que también promueven la cohesión social y la preservación del patrimonio cultural de la región.
La historia de la aparición de la Virgen de Ocotlán ha sido objeto de diversas investigaciones y relatos a lo largo de los siglos. Según las crónicas, en 1541, durante una devastadora epidemia, la Virgen María se apareció a Juan Diego Bernardino en un bosque de ocotes, indicándole un manantial cuyas aguas curaron a numerosos enfermos. Este milagro consolidó la fe católica en la región y dio origen a una devoción que perdura hasta nuestros días. La imagen venerada de la Virgen de Ocotlán, resguardada en la basílica que lleva su nombre, es considerada una representación sagrada y ha sido testigo de innumerables peregrinaciones y manifestaciones de fe.
La conmemoración de este aniversario es una muestra palpable de la profunda conexión entre la comunidad tlaxcalteca y sus tradiciones religiosas, reflejando la continuidad de una herencia espiritual que sigue vigente en el corazón de sus habitantes.
