- En la Galería de Arte Desiderio Hernández Xochitiotzin, el matador Ernesto Javier Tapia “El Calita” compartió vivencias de su vida en los ruedos durante la conferencia “La tauromaquia como camino de perseverancia, fe y arte”, invitando a los asistentes a descubrir el toreo como una escuela de vida y a vivirlo con dignidad y pasión.
Guillermo Veloz//La Noticia de Tlaxcala
Tlaxcala, Tlax., 7 de febrero de 2025.- El sol caía suavemente sobre la ciudad de Tlaxcala cuando la Galería de Arte Desiderio Hernández Xochitiotzin se llenó de jóvenes atentos y curiosos, listos para escuchar las palabras del matador Ernesto Javier Tapia García, mejor conocido como “El Calita”. Con la voz firme pero cercana, “El Calita” comenzó la conferencia magistral “La tauromaquia como camino de perseverancia, fe y arte”, en la que compartió su historia, marcada por el sacrificio, la pasión y el amor profundo al arte taurino.
Frente a estudiantes de la escuela Higinio Paredes Ramos de la comunidad de San Esteban Tizatlán y público en general, el matador habló no solo de la fiesta brava, sino también del valor de la constancia y el esfuerzo. “La tauromaquia me ha enseñado que cada caída es una oportunidad para levantarse con más fuerza. El ruedo es como la vida: a veces te derriban, pero si tienes fe y perseverancia, siempre puedes volver a ponerte de pie”, expresó con emoción.
En cada palabra de “El Calita” resonaba el profundo respeto que siente por el toreo, al que definió no solo como un espectáculo, sino como un arte y una forma de expresión llena de significado. Habló de sus momentos más duros, de las tardes gloriosas y también de las dificultades que lo han moldeado como persona y como torero.
Los asistentes escuchaban atentos, muchos de ellos emocionados, mientras el matador los invitaba a mirar más allá de las fronteras de la arena y a descubrir en la tauromaquia una fuente de inspiración para su vida cotidiana. “Vivan el toreo con gusto y con dignidad, porque ahí está su verdadera esencia”, dijo al concluir su intervención.
Entre aplausos y miradas de admiración, “El Calita” dejó una huella profunda en los jóvenes que asistieron al evento. Para ellos, la tarde no solo fue una clase magistral sobre tauromaquia, sino una lección de vida.
El evento reafirmó el vínculo profundo que existe entre Tlaxcala y la tradición taurina, un legado vivo que sigue inspirando a nuevas generaciones a perseguir sus sueños con valentía y pasión.
