Este jueves, una marcha convocada por campesinos y ganaderos en la zona oriente de Tlaxcala ha capturado la atención pública, pero no por las razones correctas. Lo que comenzó como una movilización legítima para abordar el preocupante problema de robos en el sector agropecuario, rápidamente se convirtió en un escenario político plagado de agendas personales y ambiciones electorales.
Entre los manifestantes, se encontraban verdaderos productores agropecuarios, quienes genuinamente buscaban soluciones a sus problemas. Sin embargo, también se hicieron presentes oportunistas políticos como Efrén López, ex alcalde de Cuapiaxtla, cuya gestión pasada estuvo marcada por la prepotencia y los presuntos malos manejos financieros.
López, ahora presentándose como “ejidatario”, “líder agrario”, “activista” y “defensor de los derechos humanos”, parece estar utilizando esta marcha como plataforma para sus propios intereses políticos, incluso expresando su intención de buscar una candidatura por el PRD en las próximas elecciones.
Este intento de politizar la legítima lucha de los campesinos contamina las auténticas demandas del sector, desviando la atención de las verdaderas necesidades hacia agendas personales. Además, la falta de comunicación efectiva entre los participantes revela una falta de cohesión y claridad en los objetivos de la marcha.
Es importante destacar que, según información oficial de las autoridades de seguridad pública, no ha habido reportes recientes de robos de ganado en la zona de Huamantla, gracias al refuerzo de la vigilancia y la colaboración de los productores en la recopilación de datos relevantes para combatir la delincuencia.
A pesar de estos avances, la protesta pacífica de los campesinos ha abierto la puerta al diálogo con las autoridades, lo que ofrece una oportunidad real para abordar los problemas de manera constructiva. Sin embargo, para que esto sea efectivo, es crucial dejar de lado las agendas político – electorales y centrarse en encontrar soluciones tangibles para la comunidad agrícola de Tlaxcala.
